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EL LADO OCULTÓ DE LA LUNA

Lo había oído muchas veces. Siempre en voz baja, con un misterio que absorbía tal acontecimiento, tanto que no entendía qué podría ser o incluso si existía o si era una licencia poética de astrónomos y poetas. 

"El lado oculto de la luna". 

¿Podía haber pasado toda la existencia del universo, todo el alboroto de su formación sin mostrarse enteramente, escondiéndose ... sin girar con el acierto suficiente para mostrar su intrigante y opalina espalda a la tierra... Sin entregarse a su propio planeta por completo ni un solo momento?...

Igual que Eva fue creada de una costilla de Adán, fue Selene arrancada por un impacto brutal en el origen de este planeta. 

Seguro que alguna mitología la desnudó y la hizo merecedora de esa atracción que mueve mares, que altera cosechas y partos ... y que a la tierra líquida levanta mareando a la otra media. 

De la misma forma era él manejado por ese lado oculto de cualquier ser amado. No lo sabía, pero era imposible llegar a comprender cuál era el gobierno que sobre él influía ese lado en todo lo que quería. Por más que mirara su aureola tal que magnetosfera, su superficie: impactos, montañas, mesetas o llanos, por más que estudiara su sección, sus materiales y formaciones, su aire su sangre ... algo había más allá, al otro lado, que por similar que fuese a lo que indujera por lo conocido, era lo suficientemente distinto para que no se entendiese. 

Nunca lo entendería.